Los sondeos dan una ligera ventaja a los laboristas británicos
La CE aprueba la entrada de Portugal en el Sistema Monetario con una leve depreciación del escudo
Córdoba celebrará en junio el festival de la guitarra
Dos cuñados desenfrenados
Cañizares, líder en Roma
Conchita Martínez, finalista en Hilton Head al ganar a Arantxa Sánchez
Un optimismo mayor en la primavera del año pasado
Grave quebranto
Tres limpiadoras
Andorra celebra comicios hoy sin haber corregido sus estigmas feudales
El alcalde exige la intervención del Gobierno en la huelga de limpieza
El gobernador civil
47 millones de votantes juzgan hoy en Italia el sistema partitocrático
Granja maldita
Muere Tiacoh
Dos años de cárcel para un crujano que trabajó' como dentista
La defensa pide que Noriega sea declarado inocente por falta de pruebas
Emotivo adiós en Madrid al coronel asesinado por un paquete bomba
Mandela reclama una fuerza internacional de paz para Suráfrica
Traficantes de heroína arrojan 60 kilos de droga al huir de la policía
Arte y resina
Relevo en falso
El etarra Juan María Ormazábal
Los laboristas británicos confían en reforzar su hegemonía en Gales
Rebelión a bordo
Ante la realidad nuclear
Ante la realidad nuclear. Cuando se lanzó la primera bomba atómica sobre Hiroshima, en agosto de 1945, no sólo se demostró el poder destructivo sin precedentes de la nueva arma, sino también la capacidad de uno de los jefes de Estado más respetables del momento (el presidente Harry Truman) para emplear dicha arma contra poblaciones civiles completamente indefensas e inocentes. Una pequeña pero significativa minoría de científicos y militares había abogado por una demostración de tan terrible arma cerca de la costa en lugar de utilizarla contra una ciudad densamente poblada, y una pequeña pero significativa minoría de tales personas ha continuado, a lo largo de los últimos 50 años, insistiendo en la ,necesidad de un completo desarme nuclear-químico-biológico para que la raza humana no destruya la civilización existente y no hipoteque el futuro durante milenios a causa de la vida media radiactiva de los productos químicos empleados en dichas armas.Durante los 42 años transcurridos desde 1949, fecha en que los soviéticos explosionaron su primera bomba atómica, hasta 1991, cuando se desintegró la Unión Soviética, habría sido posible alcanzar el necesario desarme mientras sólo existían dos superpotencias con grandes arsenales. Pero prudentes hombres de Estado, incluyendo ganadores del Premio Nobel de la Paz, optaron, en cambio, por lo que llegó a conocerse como "el equilibrio del terror", y en los periódicos de hoy día pueden leerse elogios de ese equilibrio del terror que "mantenía la paz" en Europa durante los históricamente breves 40 años de guerra fría.